ARROYO, CAYETANO

ARROYO, CAYETANO

ARROYO, CAYETANO

Ya se fue más allá de nuestra vida y dejó entre nosotros su vehículo planetario inerte y quieto, lleno como de vacío. Ya se fue más allá de nuestras manos que no sienten su calor, y más allá de nuestros oídos que no escuchan ni sus palabras ni sus risas. Ya se fue más allá, hacia aquí mismo, donde nuestros ojos no pueden entrar ni puede entrar nuestro cuerpo, ni pueden entrar nuestras manos para agarrarlo. Ya se fue más allá donde sobran los vestidos y las caretas y los nombres y la fama… Ya se fue para estar aquí más cerca de nosotros, entre los latidos de nuestro corazón y entre una y otra palabra, y enlazando los suspiros con notas de alegría. Ya se fue más allá y nos robó como una parte, para ponerle alas y para hacerla traslúcida como la mañana cuando despunta el Alba. Ya se fue más allá para traernos la alegría de haber nacido.

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