Con la llegada del otoño, los días se acortan, el aire se vuelve más fresco y la luz natural desaparece antes. Para muchas personas, estos cambios son casi imperceptibles, pero otras notan fatiga, alteraciones del sueño o cambios en el ánimo. No hablamos de depresión en sentido clínico, sino de cómo la reducción de luz puede influir en nuestro bienestar físico y emocional.
Una alimentación equilibrada puede ayudarnos a contrarrestar sus efectos y favorecer la adaptación a esta nueva época del año. Precisamente, el Dr. Will Cole, en su libro Intestino y sentimientos, profundiza en la relación entre nuestro sistema digestivo y nuestro estado emocional. Según su investigación: un intestino equilibrado puede mejorar el ánimo, la concentración y la gestión del estrés.
Y es que escuchar a nuestro cuerpo, a veces, es más importante que seguir dietas estrictas o modas pasajeras. Cole propone un enfoque que busca paz y bienestar, dejando atrás la sensación de culpa o confusión que muchas veces acompaña la alimentación.
Tres nutrientes clave
Existen tres grupos de nutrientes que impactan directamente en nuestra salud mental y física. Incorporarlos de manera equilibrada ayuda a afrontar los cambios del otoño con energía y serenidad.
- Proteínas: los cimientos del bienestar: son esenciales para la producción de neurotransmisores como dopamina y serotonina, que regulan el placer, la motivación y el ánimo. Un déficit puede generar irritabilidad, falta de concentración y bajadas de ánimo. Fuentes recomendadas: huevos, legumbres, pescado, frutos secos.
- Grasas saludables: alimento para el cerebro: contrario a lo que se pensaba, son vitales para la salud cerebral y emocional. Estudios muestran que dietas bajas en grasas se relacionan con mayor riesgo de síntomas depresivos. Fuentes recomendadas: aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos, pescado azul.
- Hidratos de carbono: energía y descanso: Los carbohidratos complejos (avena, arroz integral, legumbres) ayudan a producir serotonina, clave para la calma y el sueño. Reducirlos drásticamente puede generar ansiedad o insomnio. La serotonina también es precursora de la melatonina, la hormona del sueño.
Cuidar las emociones desde el exterior
Además de la alimentación, también podemos apoyar nuestro bienestar con recursos externos. En Aceites esenciales para el bienestar emocional, Leslie Moldenauer nos habla de 50 aceites esenciales con propiedades para calmar el estrés y mejorar el ánimo.
En este sentido, la autora propone más de 100 fórmulas para diferentes necesidades: concentración, sueño, resiliencia emocional, alivio de ansiedad… además de la posibilidad de crear tus propias mezclas personalizadas según tus necesidades. Los aceites trabajan mejor en sinergia, potenciando sus efectos cuando se combinan correctamente. Incorporarlos en la rutina puede convertirse en un ritual diario que aporte calma y bienestar.
Escucha a tu cuerpo este otoño
La llegada del otoño nos recuerda que nuestro ritmo interno se adapta a la luz y al ambiente. Sentirse más cansado o sensible no es un fallo, sino una señal natural.
Recomendaciones prácticas:
- Comer con atención, incluyendo proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos.
- Priorizar el descanso y aprovechar los momentos de luz natural.
- Incorporar pequeños rituales que fomenten la calma y el bienestar, como los aceites esenciales.
Escuchar estas señales y actuar en consecuencia puede mejorar la energía, el ánimo y la capacidad de afrontar los cambios de estación.
El otoño puede traer consigo días más cortos y sensación de cansancio, pero también es una oportunidad para reconectar con nuestro cuerpo y nuestras emociones.
Con una alimentación equilibrada, hábitos conscientes y herramientas que promuevan el bienestar emocional, podemos afrontar esta estación con serenidad y energía.
Cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente es un acto de coherencia y autocuidado. Este otoño, escucha a tu organismo, respétalo y acompáñalo con gestos que fomenten la calma, el descanso y la alegría.