Todos tenemos claro qué es la empatía. Esencialmente, podríamos definirla como la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, comprender sus sentimientos, emociones, pensamientos o situaciones, y responder de una manera sensible y respetuosa.
Cabe señalar que empatía no está relacionado con “sentir lástima” o “ser amable”, sino con conectar emocionalmente con otra persona para entender lo que está viviendo desde su propia perspectiva.
Hoy vamos a proponerte un sencillo test para medir tu nivel de empatía, pero en el ámbito laboral. Porque cuando trasladamos este concepto al espacio de trabajo, la empatía adquiere nuevos matices. De hecho, las nuevas tendencias en evaluación de competencias profesionales otorgan un especial valor a la empatía en los equipos de trabajo de alto rendimiento, pasando de ser una habilidad blanda (soft skills) a una poderosa (power skills).
Judith Orloff lo señala en su último libro El genio de la empatía, una de nuestras novedades del mes de septiembre. En este título, el tercero que publicamos ya de esta autora, Orloff afirma que la empatía en el trabajo consiste en «valorar los puntos de vista de los demás y conversar sobre las posibles soluciones creativas para un determinado asunto. Esta actitud transmite que confías en los miembros de tu equipo y aprecias sus comentarios. Sin confianza es muy difícil alcanzar la excelencia.»
Tu cociente empático en el trabajo
Efectivamente, nuestro nivel de empatía puede medirse. Para determinar nuestro Cociente Empático (CE). Te planteamos siete preguntas. Solo tiene que responder ‘Sí’ o ‘No’ y anotarlo. Tranquilo, el resultado de este test es lo de menos, así que intenta ser lo más sincero posible. ¡Empezamos!
- ¿Eres sensible a las necesidades de los miembros de tu equipo?
- ¿Escuchas con el corazón y no solamente con la cabeza?
- ¿Dejas que los demás expresen sus opiniones sobre un proyecto sin interrumpirlos?
- ¿Eres capaz de escuchar a otra persona sin ceder a la necesidad de arreglar sus problemas?
- ¿Puedes establecer límites sanos con esos miembros del equipo que pueden llegar a ser agotadores?
- ¿Estás abierto a escuchar las necesidades o las ideas creativas de los miembros de tu equipo?
- ¿Te preocupas por el bien común de tu empresa, del mundo y del planeta?
Si has respondido afirmativamente a seis o siete preguntas del test, Judith Orloff sugiere que tienes un CE alto. Si has respondido de manera afirmativa a cuatro o cinco, tienes un Cociente Empático moderadamente alto. Responder afirmativamente a dos o tres preguntas quiere decir que tienes un CE moderado. Y responder afirmativamente a una sola pregunta, o a ninguna, indica que tienes un CE bajo, al menos, por el momento.
Consejos para ser empático en el trabajo
Si tu Cociente Empático está bajito, quizá sea el momento de empezar a trabajar para incrementarlo. Para ello, Judith Orloff nos ofrece en El genio de la empatía, cinco consejos para convertirnos en unos compañeros de trabajo empáticos.
1. Responde, no reacciones ni ataques. Cuando te alteras, es posible que tu reacción instintiva sea la de atacar. No te quedes en el patrón: «Me has causado dolor, así que me vengaré«. Si te limites a decir «te estoy escuchando» habrá una mayor conexión con la otra persona, lo que permitirá minimizar el drama y satisfacer tus propias necesidades.
2. Desarrolla un discurso consciente. Tu forma de hablar también tiene poder, por eso es importante reflexionar sobre cómo te comunicas con los demás. Destaca las fortalezas y las alegrías de los demás, y hazte eco de sus dificultades. Enfoca tu atención en lo que está bien, y no en lo que está mal. Puedes utilizar respuestas empáticas como «Eso debe de ser duro. Sé que estás poniendo lo mejor de ti en una situación que es muy difícil.»
3. Utiliza un tono de voz calmado y empático. Al igual que las palabras, el tono de voz puede ser tranquilizador o puede ser utilizado como arma. Si un compañero de trabajo te comenta que se ha gastado otra vez toda la nómina en ropa cara, aunque interiormente pienses que tiene un problema con los gastos, puedes responder «eso es preocupante. No me había dado cuenta de que te gustaba tanto ir de compras».
4. Establece un contacto visual que sea agradable. Las preferencias relacionadas con el contacto visual pueden ser muy personales y estar vinculadas a diversos estados cognitivos y sensoriales. Siempre puedes preguntar a los demás cuál es la forma de contacto visual que prefieren.
5. Sigue la regla de no dar soluciones. Si tienes un corazón abierto, tus compañeros de trabajo querrán compartir contigo sus historias y sus problemas. Una respuesta empática sana es dejar que tengan la dignidad de encontrar su propio camino. Dejar que aprendan y crezcan a su propio ritmo no significa que no tengas la voluntad de ayudarlas.
La empatía en el trabajo es una habilidad que todos podemos cultivar con práctica y consciencia. Como hemos visto, va mucho más allá de resolver los problemas de los demás o de estar siempre de acuerdo. Se trata de escuchar, comprender y respetar. Desarrollar nuestro Cociente Empático puede marcar la diferencia en cómo nos relacionamos, en la confianza que generamos y, en última instancia, en los resultados que conseguimos como equipo.
Si quieres aprender a ser una persona empática, no solo a nivel laboral, sino también en diferentes contextos como el familiar, el social e, incluso en el personal, porque sí, también debemos ser autoempáticos, El genio de la empatía de Judith Orloff es el libro que necesitas.