Cuando se habla de igualdad real entre hombres y mujeres, suele repetirse la idea de que “hemos avanzado mucho, pero aún queda un largo camino por recorrer”. Un cliché a todas luces, aunque no por ello, deja de ser cierto. No obstante, el camino al que alude Stacey Simmons en El camino de la reina, trasciende la lucha feminista centrada en derribar las estructuras que obstaculizan la igualdad formal y efectiva entre los géneros. Su propuesta apunta a algo más profundo: la soberanía personal. Es decir, la convicción íntima de que cada mujer tiene el derecho de ser dueña de sí misma y de actuar en consecuencia.
A pesar de los avances logrados, Stacey Simmons señala que la sociedad continúa guiándose por un sistema patriarcal que condiciona profundamente la experiencia femenina. Desde la infancia, las mujeres se ven condicionadas a elegir entre dos caminos invisibles.
El primero es el del ideal femenino pasivo: la mujer que guarda silencio, obedece, espera su turno para hablar, acata la autoridad y cumple con el rol de ser fértil y maternal. El segundo camino es el de aquellas que, por diversas razones, no se ajustan a ese molde. Estas mujeres pueden ser percibidas como sexis, inteligentes o valientes, pero también son fácilmente etiquetadas de forma negativa: depravadas, ansiosas o malvadas. Simmons pone de manifiesto cómo este doble patrón de valoración mantiene a las mujeres atrapadas en una dicotomía que limita su libertad y su identidad.
Los arquetipos femeninos esenciales
En El camino de la reina, Stacey Simmons introduce dos conceptos de creación propia.
MISOR: (Maiden In Search of Relationship) o Doncella en busca de relaciones, en español. Este arquetipo corresponde a la «chica buena» que sigue las normas sociales y busca validación a través de relaciones. Es la mujer que se define por su rol en relación con los demás y tiende a priorizar las expectativas externas sobre su autenticidad.
MIPE: (Magical, Isolated, Powerful, and Endangered) o Mágica, aislada, poderosa y en peligro, en español. Este arquetipo representa a la mujer que se aparta de las normas sociales y se asocia con el poder, la magia o una cualidad especial que la distingue. Aunque es poderosa, también puede ser vista como una amenaza o estar en peligro debido a su independencia y singularidad.
Casi todos los arquetipos femeninos se pueden agrupar, según Stacey Simmons, en estas dos categorías. La única excepción es La Reina, que representa un nivel de autonomía y poder diferente.
Antes de que una mujer pueda avanzar en “el camino de la Reina”, la autora propone ejercicios prácticos para ayudarnos a descubrir con cuál de los dos arquetipos (MISOR o MIPE) nos identificamos más. Además, Simmons aclara que ninguna mujer es 100 % MISOR o 100 % MIPE. Todas tenemos características de los dos arquetipos, pero normalmente hay uno con el que nos sentimos más conectadas o que refleja mejor nuestra manera de ser.
Al igual que hemos hecho en otras entradas de nuestro blog, te proponemos un sencillo test de Sí o No, para determinar si encajas en un perfil o en otro. Solo tienes que anotar las respuestas afirmativas y negativas.
- En la infancia tuve la libertad de hacer lo que quisiera y muy poca intervención por parte de mis padres.
- De pequeña, me gustaba jugar a las muñecas y a cosas «de niñas».
- Me siento cómoda respetando la autoridad de alguien.
- Para mí es importante transmitir una imagen femenina.
- El sexo en realidad es algo que hago por mi pareja, no por mí.
- Prefiero asumir un rol de apoyo a ocupar una posición de liderazgo.
- Considero que se debería proteger a las mujeres de ciertos tipos de trabajos.
- Mi fe me dice que debo someterme a una autoridad superior, y estoy de acuerdo.
- Si tengo que elegir entre gustar a la gente o ser respetada, prefiero gustar a la gente.
- La gente a menudo me dice que soy intimidante.
- Tener un marido o unos padres que me apoyen y protejan es importante para mí.
- Preferiría ser una madre ama de casa que una madre trabajadora.
- Creo que la inocencia y la deferencia son cualidades deseables en una mujer.
- Me parece bien ganar más o tener más autoridad que mi pareja.
- En las relaciones sentimentales prefiero que me conquisten.
- En la mayoría de las situaciones me siento más a gusto siendo la líder.
- A menudo me siento rezagada y como si necesitara ponerme a la altura de mis semejantes o de las personas a las que admiro.
- Pienso que existe una razón por la que los hombres y las mujeres tenemos roles y responsabilidades diferentes.
Ahora solo tienes que restar el número de respuestas afirmativas al número de respuestas negativas. Si el resultado oscila entre cero y ocho, es más probable que te identifiques con el arquetipo de la MIPE. Si es inferior a cero, es más probable que te identifiques con el arquetipo de la MISOR.
Reclama la corona que te pertenece
No tienes por qué tener miedo. El hecho de que te identifiques más con un arquetipo u otro no es una elección tuya, sino algo que la sociedad te ha impuesto. Y, como todo lo impuesto, se puede cambiar. No se trata de elegir un camino u otro, sino de ser conscientes de ambos y decidir qué aspectos de esos roles te interesan de verdad.
Ese es precisamente el objetivo principal de El camino de la reina: alcanzar la corona que simboliza tu soberanía personal. Ya lo dice Stacey Simmons: «una mujer que vive bajo el yugo de un sistema represivo puede albergar la certeza interna de que, si bien carece de poder para derrotar a su opresor, tiene la posibilidad de encontrar el espacio de la soberanía en su interior».
La soberanía no se manifiesta de una única manera; cada mujer puede expresarla de formas diferentes. Si estás dispuesta a recorrer este camino, Simmons ofrece en El camino de la reina un mapa completo para llegar hasta tu corona. Quizá no sea suficiente para derribar todas esas barreras de la sociedad patriarcal, pero es el primer paso para que las mujeres del futuro no tengan que elegir entre caminos limitantes y puedan disfrutar de su soberanía como un derecho de nacimiento.