En este artículo queremos darte algunas pinceladas sobre cómo hacer tu propio genosociograma siguiendo las indicaciones de Ejercicios prácticos de psicogenealogía de Anne Ancelin Schützenberger, una de nuestras novedades del mes de mayo. ¡Coge lápiz y papel!
Es muy probable que en algún momento de tu etapa escolar hayas elaborado un árbol genealógico. Una herramienta enfocada a comprender las relaciones y estructuras familiares de una manera sencilla.
Sin embargo, además de su carácter didáctico, el árbol genealógico es un elemento clave en el ámbito de la psicología para identificar patrones y traumas que podrían estar afectando a la salud y al bienestar presente.
Además, se trata, como te explicaremos a continuación, de la base del geniosociograma, una herramienta que a su vez forma parte de la psicogenealogía. A través de ella, podemos comprender nuestro pasado familiar y obtener la información necesaria para sanar traumas, liberar cargas emocionales y tomar decisiones más conscientes.
Haz tu propio genosociograma
Si en un árbol genealógico figuran los nombres de pila, los matrimonios y los nacimientos y defunciones, el genosociograma va mucho más allá, y esa, precisamente, es la clave de su éxito.
Para realizar un correcto genosociograma debemos incorporar datos como los niveles de educación, los arraigos o desarraigos, los cambios de vida y de domicilio o los vínculos afectivos y los traumas.
Estos son los datos necesarios y pasos que debes seguir para su elaboración:
1. Traza el árbol genealógico
Dibuja al menos tres generaciones: tú, tus padres y abuelos (si puedes, añade bisabuelos y tíos importantes) y represéntalos con símbolos básicos:
- □ Hombre
- ○ Mujer
- ▭ Relación (líneas que los unen)
- X persona fallecida
- // divorcio o separación
2. Recoge y anota información relevante
Nombres completos, fechas de nacimiento y muerte, matrimonios, divorcios, uniones, abortos, hijos no nacidos, enfermedades importantes, profesiones y eventos significativos como migraciones, guerras, traumas, accidentes…
3. Busca fechas repetidas o significativas
Observa si hay coincidencias o repeticiones. Por ejemplo, nacer el mismo día que murió un antepasado. Esto ayuda a detectar “lealtades invisibles” o ciclos no resueltos.
4. Marca los vínculos emocionales
Utiliza colores o símbolos para representar relaciones positivas, conflictivas, ambivalentes, de dependencia, etc. Señala secretos familiares, silencios, exclusiones o temas tabú.
5. Añade información contextual y social
Considera el entorno sociohistórico: guerras, crisis económicas, dictaduras, roles de género en la época, e incluye los valores familiares dominantes (religión, política, moralidad).
6. Busca patrones y repeticiones
Observa si hay dramas repetidos (enfermedades similares, infidelidades, pérdidas a ciertas edades) y revisa nombres repetidos, edades clave y destinos similares.
7. Identifica tu lugar y rol en el sistema familiar
Hazlo a través de preguntas como ¿qué heredas tú?, ¿qué cargas inconscientes repites o ¿qué lugar ocupas simbólicamente (el salvador, el excluido, el sustituto, etc.)?
8. Reflexiona e interpreta
Elabora hipótesis: ¿Qué sentido tienen estos patrones?, ¿qué quieres cortar o transformar en tu historia? o ¿qué parte de tu vida estás viviendo por otros?
Exacto, la confección de un genosociograma no es nada fácil. Es un proceso que exige dedicación. Ya lo dice Anne Ancelin Schützerberger: «¡no sirve de nada tirar de la hierba para que crezca!».
El objetivo de un genosociograma
Como decíamos al inicio de este artículo, un genosociograma nos permitirá sanar traumas y liberarnos de cargas emocionales. Gracias a esta herramienta, arrojaremos luz sobre la historia de nuestra familia y las relaciones entre sus distintos miembros.
Además, comprenderemos que la historia no empezó con nuestros propios padres, sino mucho antes que ellos, buscaremos nuestras raíces y nuestra identidad, revelaremos lo que se ha transmitido de generación en generación y podremos poner fin a un duelo inacabado.
Para recabar información precisa para su correcta interpretación es imprescindible que leas Ejercicios prácticos de psicogenealogía , y por supuesto, Psicogenealogía de Anne Ancelin Schützenberger, quien te guiará durante todo el proceso. Con estos dos títulos, tendrás todo lo necesario para elaborar tu propio genosociograma; punto de partida para sanar heridas o dramas familiares no resueltos y empezar a vivir tu propia vida.